lunes, 23 de diciembre de 2013

RINCON DEL BIBLIOTECARIO: El valor de la biblioteca para la investigación

29/04/2011

El valor de la biblioteca para la investigación

Por: Ángel Borrego


La revolución digital ha cambiado la relación entre las bibliotecas y los investigadores. Muchos de ellos, especialmente en ciencias experimentales, ya no visitan físicamente la biblioteca y se da la paradoja de que cuanto mayor es el esfuerzo por facilitar el acceso a la información digital, más invisibles se vuelven los servicios bibliotecarios a ojos de los usuarios .
El informe encargado por Research Information Network (RIN) y Research Libraries UK (RLUK) que reseñamos analiza el valor de la biblioteca para los investigadores universitarios en el Reino Unido. Metodológicamente, el estudio tiene una doble base: una parte cuantitativa que intenta correlacionar las características de 67 bibliotecas universitarias británicas con los resultados de investigación de las universidades de las que dependen-una estrategia que se reveló poco efectiva dada la escasez de datos disponibles-y un análisis cualitativo de una serie de entrevistas a investigadores y bibliotecarios de 9 de estas universidades. Como resultado del trabajo, los autores sintetizan en un decálogo la contribución de la biblioteca a la actividad investigadora de la universidad:
  1. Las bibliotecas ayudan a las universidades a captar y retener a los mejores investigadores: en un contexto en el que las universidades compiten para atraer a los mejores investigadores, el prestigio de la institución es un factor clave. Y la biblioteca contribuye-a través de sus fondos y de sus edificios-a incrementar este prestigio. Sin embargo, el estudio también pone de manifiesto que a menudo los investigadores consideran que la biblioteca no gestiona adecuadamente sus colecciones de investigación, ya sea porque no están bien catalogadas, ya sea porque se ubican en espacios poco adecuados.
  2. Las bibliotecas ayudan a los investigadores a obtener recursos: muchas de las bibliotecas analizadas ofrecen apoyo a los investigadores en la elaboración de propuestas de proyectos realizando revisiones bibliográficas, verificando los datos aportados en las propuestas, asesorando en la gestión de los datos recogidos en la investigación, etc. Sin embargo, estos servicios suelen ofrecerse en respuesta a peticiones de los investigadores sin una actitud proactiva que habría que desarrollar.
  3. Las bibliotecas promocionan la explotación de nuevas tecnologías y de nuevos modelos de comunicación científica: las bibliotecas forman los investigadores en el uso de herramientas para mantenerse al día, los muestran el funcionamiento de nuevos dispositivos, les asesoran en el uso de las redes sociales para la investigación, los orientan en cuestiones de propiedad intelectual, los ayudan a gestionar referencias bibliográficas, etc.
  4. Los depósitos incrementan la visibilidad de la institución: en muchas universidades el catalizador que ha activado una nueva orientación en la biblioteca hacia la consecución de los objetivos institucionales en el ámbito de la investigación ha sido la gestión del repositorio institucional. La mayor parte de los gestores universitarios perciben la puesta en marcha y el mantenimiento de los depósitos, que suelen estar en manos de la biblioteca, como un éxito y son conscientes de que se ha convertido en una infraestructura básica para la institución. Este hecho ha incrementado la visibilidad y el prestigio de la biblioteca en la universidad. Además, la biblioteca no sólo contribuye a llenar el depósito de contenidos, sino que forma a los investigadores en la comprensión de las políticas de las instituciones que financian la investigación y los hace conscientes de sus obligaciones con respecto al acceso abierto a los resultados de la investigación.
  5. Las bibliotecas contribuyen a las iniciativas institucionales: la biblioteca colabora para una mejor gestión de la información relacionada con los proyectos de investigación, forma a los investigadores predoctorales en alfabetización informacional, ayuda a la universidad a interpretar y exponer sus resultados de investigación en procesos de evaluación externos, guía a los autores para maximizar el impacto y visibilidad de sus publicaciones, etc.
  6. Los bibliotecarios especializados trabajan en colaboración con los investigadores: cada vez más abandonan su papel exclusivo de gestores de la colección para convertirse en asesores incrustados en los departamentos donde ofrecen asesoramiento en la revisión de bibliografía, en la preparación de manuscritos o en la formación en búsqueda de información.
  7. La conexión con los investigadores realza el valor de los servicios bibliotecarios: la mayor parte de las bibliotecas intenta obtener retroalimentación de los investigadores para adaptar sus productos y servicios y reducir la brecha que ha provocado la generalización del acceso en línea a la información. Cuando la biblioteca se impregna de esta cultura de servicio, el esfuerzo es reconocido por los investigadores y los gestores universitarios.
  8. Las bibliotecas dedican espacios a los investigadores: algunas bibliotecas dedican espacios diferenciados a los investigadores que lo necesiten, ya sea porque no tienen otro lugar donde trabajar (por ejemplo, los becarios predoctorales) ya sea porque trabajan con materiales que no pueden salir de la biblioteca.
  9. El acceso inmediato a contenidos de calidad es clave para la investigación: de hecho, este es el valor principal que los investigadores asignan a la biblioteca. Y en tiempos de estrecheces económicas las bibliotecas tienen que innovar para ofrecer mejores servicios con menos recursos-revisando los niveles de uso de las suscripciones electrónicas, usando servicios de suministro de documentos para algunos nichos muy especializados, explotando las opciones de acceso abierto, etc.
  10. Las bibliotecas son la manifestación física de los valores de la universidad: quizá la más profunda, pero a la vez la más escurridiza, de las contribuciones de la biblioteca es ofrecer una manifestación física de los valores de creación, preservación y transmisión del conocimiento que representa la universidad.
Pero el valor de la biblioteca universitaria no termina en su papel de apoyo a la investigación. Según nos adelantan los autores del texto, el grupo CIBER está trabajando en otro informe complementario a éste que abordará el análisis del valor de la biblioteca para la formación.


RINCON DEL BIBLIOTECARIO: El valor de la biblioteca para la investigación: Por:  Ángel Borrego La revolución digital ha cambiado la relación entre las bibliotecas y los investigadores.   Muchos de ellos, espec...

lunes, 16 de diciembre de 2013

“Green libraries” o Bibliotecas sostenibles



Las “Green libraries” o bibliotecas sostenibles se engloban dentro de un movimiento mayor de arquitectura o construcción “verde”, es decir, ecológica y sostenible. Pero, ¿por qué las bibliotecas deben ser edificios sostenibles? Podemos justificarlo por varios motivos: por un lado las bibliotecas son un servicio a la comunidad y deben mantener siempre una actitud comprometida con la sociedad, y por otro una mayor independencia económica puesto que en un edificio sostenible los costes de mantenimiento son menores. Esto último no es un asunto baladí si tenemos en cuenta que las bibliotecas son de las primeras en la lista para sufrir los recortes presupuestarios. Hay quien dice que también debe hacerse por una cuestión puramente de imagen, pero esto último lo dejaremos para aquellos menos “idealistas”.
En Estados Unidos existe una organización sin ánimo de lucro llamada “United States Green Building Council” (USGBC) que se ha encargado de desarrollar un sistema de calificación o estándar que se utiliza para determinar si un edificio es sostenible o no. En este sistema conocido comúnmente como LEED(Leadership in Energy and Environmental Design) existen diversos niveles en los que pueden categorizarse los edificios, siendo el más bajo el “certificado” para aquellos que obtengan 40 puntos y el máximo el “platino”, para los edificios que obtengan más de 80 puntos.
Pero, ¿cuáles son las categorías que sirven para dar una u otra valoración a los edificios? Según LEED, deben tenerse en cuenta cinco categorías: la localización del edificio, la conservación del agua, la eficiencia energética, los materiales, la calidad del aire en el interior y una categoría “extra” para la innovación y el diseño. Todas ellas serán descritas con mayor detalle más adelante, pero antes conviene aclarar algunas cuestiones sobre la especificidad de las bibliotecas.
En este sentido, ¿los edificios destinados a las bibliotecas deben ser considerados igual que edificios que tenga cualquier otra finalidad? Es obvio que las bibliotecas tienen unas necesidades propias y específicas que no afectarán a otros edificios, por lo que hay que tener en cuenta sus particularidades.
Una de las principales funciones de la biblioteca es la preservación de los materiales, misión que requiere unas pautas y condiciones muy específicas que pueden entrar en conflicto con las necesidades de uno de los principales protagonistas de las bibliotecas, los usuarios. Por ejemplo, ¿es igual la luz que necesita un investigador o lector que aquella que pueden recibir determinados materiales?, ¿las temperaturas exigidas para la conservación de ciertos materiales son compatibles con las requeridas por los usuarios para encontrarse cómodos en la biblioteca? Es aquí donde la sostenibilidad puede encontrar algunos obstáculos que, con una buena organización y la ayuda de todos los avances tecnológicos a nuestra disposición, seremos capaces de superar.
Como decía anteriormente, un edificio sostenible, en este caso una biblioteca, debe tener en cuenta diversos elementos que se agrupan en cinco categorías:
  • Selección del emplazamiento. Este sería el primer paso, puesto que antes de construir, hay que elegir el lugar adecuado. Algunos de los aspectos a analizar son: el impacto del edificio en el entorno, facilidades de acceso al edificio, etc.
  • Conservación del agua. Aquí pueden seguirse muchas estrategias, como la colocación de sistemas que aprovechen el agua de la lluvia para regar, el uso de accesorios con un bajo uso de agua, etc.
  • Conservación de la energía. Uno de los mayores problemas en muchos edificios es la temperatura, lo que obliga a recurrir excesivamente a sistemas de calefacción o de aire acondicionado. La construcción de un edificio sostenible debe estudiar y aplicar estrategias que permitan una reducción en el uso de esos sistemas que causan emisiones contaminantes, intentando que la temperatura sea lo más agradable posible por medio de métodos naturales: una correcta ventilación y luz natural, uso de energías renovables, sensores para la iluminación, etc.
  • Materiales de construcción. Deben elegirse aquellos que causen el menor daño posible al medio ambiente, preferiblemente reciclados siempre que sea posible, así como renovables. Además, la sostenibilidad también significa preocuparse por el origen de esos materiales: ¿cómo fueron obtenidos?, ¿se han respetado los derechos de los trabajadores o de los habitantes de esas zonas?, etc.
  • Calidad del aire en el interior. La falta de ventilación puede dañar no sólo a las personas, sino los materiales que las bibliotecas preservan en su interior. Hay que observar si se usan pinturas que puedan resultar tóxicas, si el aire se recicla o renueva correctamente, etc.
En la primera década del siglo XXI cada vez más bibliotecas se han unido a este movimiento sostenible, por lo que podemos encontrar un buen número de ejemplos. Algunos de los más destacados son:
Estados Unidos
  • Seattle Central Library. Inaugurada en 2004, está ubicada en una zona urbana accesible por transporte público, con un sistema de almacenamiento del agua de la lluvia, un acristalamiento especial que permite reducir las altas temperaturas y en cuya construcción se usaron un gran porcentaje de materiales reciclados.
  • Merced Library, en la Universidad de California. Construida en 2005 principalmente con cemento y vidrio, se considera que consume un 50% menos de energía que edificios de similar tamaño. Para la construcción de elementos interiores se usaron materiales reciclados y un porcentaje muy alto de ellos tenían una procedencia local, lo que produjo importantes ahorros de energía en su transporte.
Asia
  • National Library Board Singapore. Abrió en 2005 y está considerado como el edificio más “verde” o sostenible de todo el mundo. Utiliza sensores para la luz y sus paredes permiten la entrada de luz natural.
  • Taipei Public Library. Abrió sus puertas en 2006 y entre sus particularidades se encuentra el hecho de haber sido construida con materiales reciclados, así como el uso de paneles solares para generar electricidad.
España
En España son varias las bibliotecas que han tomado medidas para ser lo más sostenibles posible, tales como:
  • Biblioteca de la Universidad de Burgos. De acuerdo a la política medioambiental existente, se han ido marcando objetivos tales como la reducción del consumo de papel, la instalación de tomas de luz alimentadas por energías renovables, reducción del consumo de electricidad, etc.
  • Biblioteca de la Universidad de Oviedo. Tal y como ellos mismos indican en su página web, esta biblioteca promueve la adopción de medidas que favorezcan las buenas prácticas en medio ambiente y sostenibilidad. Algunas de esas medidas afectan al consumo de luz (por ejemplo sustituyendo las bombillas normales por bombillas de bajo consumo o apagando todos los aparatos al final de la jornada), al consumo de papel (reutilizándolo y reciclándolo, así como disminuyendo en la medida de lo posible su consumo), a las instalaciones de agua, sustituyéndolas por aquellas que permitan minimizar el gasto, etc.
Cabe esperar que todas las iniciativas que se han puesto o están en disposición de ponerse en marcha, respondan a una verdadera concienciación sobre la necesidad de respetar el medio ambiente y llevar a cabo una “existencia” sostenible en todos los ámbitos.
Por último, si os interesa saber más sobre estas bibliotecas y sobre la posición de la ALA al respecto, podéis obtener más información en http://www.ala.org/tools/green-libraries.

jueves, 12 de diciembre de 2013

INAUGURACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DE ESTE TIPO, EN EE. UU., REABRE DEBATE SOBRE EL FUTURO DEL PAPEL.

BiblioTech


La palabra Biblioteca, según la Real Academia Española, significa una “institución cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documentos”.


Sin embargo, este concepto está empezando a transformarse, al menos en el sentido clásico. Probablemente en el futuro las bibliotecas ya no estarán compuestas por amplias estanterías llenas de libros que rodean un lugar diseñado para la lectura y compuesto por escritorios vacíos.

A lo que apunta BiblioTech, una biblioteca que se inaugurará en un distrito de bajos recursos en la ciudad de San Antonio (Texas, Estados Unidos) es a que las bibliotecas del futuro se parecerán más auna tienda de Apple, tal como se lo señaló Nelson Wolf, uno de los promotores de la iniciativa, a ‘Blogthinkbig.com’.
En esta biblioteca no habrá libros de papel y en los escritorios habrá computadores en los que los usuarios podrán consultar las obras de su preferencia. Además, los beneficiarios tendrán acceso a libros electrónicos que podrán transferir a sus dispositivos para leer. Aunque también habrá préstamos – algo similar al sistema actual – pero los ciudadanos podrán llevarse a casa libros electrónicos. (Lea también: El Instituto Cervantes estrena 'biblioteca virtual' con 3.000 libros)

BiblioTech no pretende sustituir ninguna biblioteca tradicional. Y aunque las bibliotecas del futuro tiendan a parecerse a esta, habrían algunas que seguirían funcionando de la manera tradicional, por el tipo de documentos que albergan (como textos originales, históricos, de gran valor y que son difíciles de digitalizar por su antigüedad).
No obstante, según le dijo la coordinadora del proyecto a ‘BBC Mundo’, Laura Cole, ella prefiere que a este lugar se le llame “biblioteca digital” en lugar de “biblioteca sin libros”.
Según dijo, lo que busca BiblioTech es responder a una demanda y ampliar el acceso, pues en el caso particular de San Antonio hay muchas bibliotecas públicas que solo son usadas por las personas que viven en el sector, cuando ha venido aumentando la población de los suburbios, que se podría ver beneficiada por una biblioteca de este tipo. (Lea también: Biblioteca personal de Mario Benedetti se puede consultar por Internet)


La experiencia del papel ¿reemplazable?


Internet ha cambiado muchas cosas: la forma de interactuar, de informarse y, por supuesto, de leer. Aunque para los lectores de papel se dificulta la lectura en una pantalla, algunas personas han logrado identificarse con estas nuevas formas de lectura.

Conciente de eso, Google ha venido adelantando la tarea de convertir muchos libros a formato digital, para que sean accesibles a todo aquel que tenga una conexión a Internet. Sin embargo, se han tenido que enfrentar al tema de los derechos de autor, que demuestra que la posibilidad de que Internet se convierta en la gran ‘biblioteca de Babel’ de la que hablaba Borges (una sala con todos los libros existentes) es aún distante.

Igualmente, muchos amantes de la lectura se aferran al papel, por la experiencia que implica leer un libro de forma física (que va desde el placer de olerlo hasta la posibilidad de conservarlo físicamente).

Tal es el caso de Christopher Platt, director de colecciones y circulación de la Biblioteca pública de Nueva York (NYPL), quien le aseguró a ‘BBC Mundo’ que acceder a una versión digital de un libro a veces no es suficiente, pues mucha gente visita las bibliotecas no solo para leer un documento “sino para tocarlo y sentirlo”. (Lea también: Obra capital de Miguel de Cervantes, completa en Internet)

El autor de libros infantiles Alan Gibbons coincide en la defensa del papel. Para él –le dijo al mismo medio- el espacio de la biblioteca y la figura del bibliotecario son elementos cruciales, pues un espacio virtual no puede sustituir al edificio de la bibiloteca.

En todo caso una propuesta como BiblioTech reabre el debate sobre la forma de acceder al conocimiento en una sociedad cada vez más tecnológica y virtual. Y lo que sí muestra este espacio es hacia dónde se pueden estar dirigiendo las bibliotecas del futuro.
REDACCIÓN, con información de ‘BBC Mundo’
ESCRÍBENOS A: contenido@diarioadn.co

http://diarioadn.co/vida/tendencias/biblioteca-sin-libros-1.61242




BIBLIOTECARIO: LAS COMPETENCIAS DEL PROFESIONAL DE LA INFORMACIÓN



 Actualmente, el bibliotecario o documentalista desarrolla todas sus actividades en la denominada Sociedad de la Información, que tiene su origen en el último cuarto del siglo XX y que se caracteriza, fundamentalmente, por una economía globalizada, el papel determinante de  las TIC, por ser una sociedad altamente competitiva, por los nuevos sistemas de organización en el mercado laboral y profesional, y por el gran valor que adquiere la información, como instrumento estratégico para los sectores productivos y como mercancía perecedera cuyo precio es difícil de justificar.

En este contexto, el bibliotecario adquiere nuevas competencias profesionales, entendiendo por competencia al conjunto de actitudes, habilidades, valores y conocimientos que han de tener los profesionales de la información a la hora de realizar su trabajo de forma efectiva, contribuyendo positivamente con sus organizaciones, clientes y profesión. Unas nuevas competencias del bibliotecario que definen un perfil profesional que da respuesta efectiva a las necesidades del mercado y que se configura, también, dentro de las nuevas titulaciones que se están diseñando en el marco de la convergencia europea, entre las cuales se encuentra la nueva Licenciatura en Información y Documentación.

Según a Eugènia Serra y Margarita Ceña, se pueden diferenciar competencias profesionales específicas del bibliotecario y competencias genéricas o personales, a saber: Las competencias profesionales son más o menos complejas, dependiendo del perfil de las actividades que desarrolle el bibliotecario. A continuación se incluyen las competencias profesionales específicas de un bibliotecario especializado en biblioteconomía, según la Special LibrairiesAssociation, por ser las más amplias y desarrolladas:

a. Gestión de las unidades de información

• Orientar la unidad de información en la dirección estratégica de la organización a la que pertenece, y contribuir a la planificación estratégica y a la toma de decisiones.

• Planificar servicios de información efectivos que provean de análisis de mercado y permitan identificar a los clientes potenciales

• Constituir el equipo de trabajo con los perfiles profesionales más adecuados y contribuir al desarrollo profesional del personal de la propia unidad deinformación y de toda la organización.

• El bibliotecario deberá evaluar el retorno de la inversión en la gestión de la información y hacer visible el valor añadido que aporta la unidad de información a la organización.

b. Gestión de recursos de información y documentación

• Gestionar todas las etapas del ciclo de vida de los recursos de información sea cual sea su tipología o naturaleza. Incluye las actividades propias del proceso técnico: adquisición, catalogación, clasificación, organización, selección y aplicación de normativas y desarrollo de los instrumentos implicados: tesauros, taxonomías, etc.

• Evaluar, seleccionar y discriminar los recursos de información sobre la especialidad o especialidades de la organización, en función de la calidad y la pertinencia.

• Adecuar la información a las necesidades de los usuarios. Gran parte de la información utilizada por el bibliotecario, bien sea en bibliotecas o centros especializados, es efímera, y requiere un grado de actualización mucho más rápido que en otras unidades de información.

• El bibliotecario deberá recoger, seleccionar, organizar y preservar de la documentación interna, informes, recomendaciones. Qué información es perdurable y necesaria para los usuarios, cual es susceptible de ser guardada, en qué soportes si tenemos en cuenta que el espacio también es un factor crítico. En el caso de los recursos electrónicos, como debemos fijar la copia original, quién y que uso se puede hacer de la documentación interna.

c. Gestión de servicios de información

• Gestionar el ciclo de vida de los servicios de información. Garantizar que la oferta de servicios cubre las necesidades de información y aprendizaje de todo el tipo de clientes o usuarios de la organización.

• El bibliotecario también diseña los servicios bajo parámetros de coste-efectividad.

• Evaluar de forma periódica su calidad y el grado de satisfacción y utilización de los usuarios.

d. Aplicación y aprovechamiento de la tecnología

• Identificar las herramientas tecnológicas disponibles y adecuadas para proporcionar los mejores servicios, proveer de acceso a los recursos disponibles y desarrollar instrumentos de aprendizaje para favorecer el máximo uso de información.

• Adquirir un grado elevado de desarrollo, uso y aplicación de las bases de datos y las aplicaciones tecnológicas.

• Identificar, conocer y evaluar las tecnologías emergentes

En cuanto a las competencias personales o genéricas de los bibliotecarios, son las comunes a todos los profesionales que gestionan la información y están estrechamente vinculadas a aspectos relacionados con la actitud, determinadas habilidades y con la comprensión de la realidad. Destacamos:

1. Conocimiento de la organización a la que pertenece la unidad de información. Es necesario que el bibliotecario disponga de una visión global de la organización en la que trabaja: cuál es su negocio, su mercado y sus clientes.

2. Comprensión y percepción de la unidad de trabajo como parte de una organización. Las bibliotecas, centros de documentación o unidades de información no están aisladas ni son una finalidad en sí mismas, son y existen en función del servicio que ofrecen a los colectivos a los que sirven, sea un barrio, un centro docente, una empresa o cualquier otro tipo de entidad.

El valor de los profesionales de la información que trabajan en ellas radica en gran medida en su aportación para el logro de la misión de la organización en la cual se inscriben.

3. La capacidad y voluntad de aprendizaje continuo. En los últimos 20 años hemos visto surgir y en algunos casos desaparecer nuevos soportes deinformación, nuevas formas de adquisición y gestión de la información, nuevas tecnologías, técnicas y metodologías; es por lo tanto indispensable estar dispuesto a aprender y reciclarse constantemente.

4. La adaptación al entorno. Las expectativas y necesidades de nuestros clientes varían, se transforman y crecen rápidamente, y los bibliotecariosprofesionales debemos conocerlas y anticiparnos dando respuesta u ofreciendo servicios antes de que nos los soliciten... en definitiva debemos ser preactivos, afrontar los cambios de forma positiva y reconocer las oportunidades.

5. El trabajo en equipo y la integración en equipos multidisciplinares, tanto con otros profesionales implicados en la gestión de la información, como especialistas. No debemos olvidar que cada vez más las actividades de las organizaciones son transversales e implican disciplinas variadas: aportar ideas y soluciones compartir y potenciar el trabajo en común.

6. El cambio: una oportunidad, no un peligro. Hay que vencer la resistencia, en muchos casos innata, al cambio. A menudo, el miedo al cambio nace del desconocimiento. Es importante mantenerse al día de las tendencias y novedades, ya que nos permitirá afrontar los cambios con curiosidad y no con temor.

7. Habilidades comunicativas. La capacidad de comprensión y comunicación es imprescindible en cualquier faceta de la actividad profesional. Cada vez más debemos relacionarnos con profesionales de otros ámbitos, sean estos clientes internos o externos, proveedores, o integrantes de nuestros equipos de trabajo o de nuestra organización. En cada caso debemos ser capaces de identificar y utilizar el registro de lenguaje más comprensible y efectivo.

8. Compartir conocimiento. Indispensable para innovar y potenciar buenas prácticas profesionales. No hace falta inventar si algo existe y funciona.

9. Cooperación y no competencia. La cooperación tanto con otras de unidades de la propia organización como con bibliotecas o centros de documentación de otras organizaciones permite optimizar los recursos y mejorar los servicios. Incluso en el entorno de la empresa, donde la competitividad es más evidente, las alianzas son deseables.

10. El compromiso con la excelencia del servicio. La motivación por la calidad y la convicción profesional de ofrecer el servicio más eficiente y eficaz

11. La potenciación de los valores éticos. Tanto en el ejercicio de la profesión, como en el uso de la información y en las relaciones con otros clientes y colegas.

Sobre las bibliotecas y los bibliotecarios especializados en ciencia y tecnología.



Mónica Beatriz Pérez
Instituto Leloir, Biblioteca Cardini, Av. Patricias Argentinas 435, C1405BWE, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

                                                                           Resumen
Este artículo revisa las características actuales de las bibliotecas y bibliotecarios especializados en ciencia y tecnología. Se analiza el concepto de que las bibliotecas especializadas tradicionales, como espacios físicos donde encontrar información están cediendo a la creación de nuevas actividades y servicios.  Se describe el impacto que ejercen en ellas y sus bibliotecarios la Era de la Información y las Tecnologías de la Información y Comunicación, presentando ejemplos de nuevos servicios: análisis bibliométrico, liderazgo de proyectos de bibliotecas y repositorios institucionales digitales, asesoramiento y colaboración en el auto-archivado respetando las diferentes modalidades de edición y licencias de las publicaciones, entre otros.
Palabras clave: bibliotecarios especializados en ciencia y tecnología, bibliotecas especializadas, competencia profesional, gestión de la información, tecnologías de la información y comunicación.
_____________________________________________________

Summary  
About science and technology libraries and librarians.
This article reviews the current characteristics of science and technology libraries and librarians.  I analyze the concept that science and technology libraries as physical spaces where to find information is giving in to the development of new activities and services.  The impact that Information Age and Information and Communication Technologies have on libraries and librarians is described by presenting examples of new services:  bibliometrics, leadership of digital libraries and institutional repositories, advice and collaboration in self-archiving observing different methods of publishing and licensing.
Keywords: science and technology librarians, medical librarians, special libraries, professional competence, information management, Information and Communication Technologies.
_____________________________________________________

En un mundo centrado en la información digital, la biblioteca especializada en ciencia y tecnología tradicional como espacio físico donde hallar información está dejando de ser sustentable, dando paso a un escenario de interacción personal presencial y virtual con la creación de actividades y servicios que faciliten a investigadores, médicos, académicos, becarios y alumnos lidiar exitosamente con la abrumadora cantidad de información actual.

Estas nuevas necesidades de usuarios e instituciones requieren del bibliotecario especializado  habilidades y competencias cada vez más diversas:  provisión de múltiples y variados recursos y documentos electrónicos, colaboración y creación de nuevas redes de información, desarrollo de la colección y recursos bibliográficos digitales y en línea, análisis bibliométrico de investigadores y académicos, liderazgo de proyectos de bibliotecas digitales (BDs) y repositorios institucionales digitales (RIDs), entre muchas otras.

Los científicos y médicos no están aún en condiciones de prescindir de las bibliotecas, y tal vez nunca lo estén, mientras ellas encuentren la forma de interpretar y acompañar los cambios sociales y tecnológicos en materia de información. El rol actual de las bibliotecas y bibliotecarios especializados en ciencia y tecnología está comprometido en diseñar planes estratégicos que le aseguren a la organización y sus miembros lidiar satisfactoriamente con el caos que representa el exceso de información en Internet.

Comencemos por lo primero
Suele creerse que todas las bibliotecas son igual, por ello, antes de centrarnos en la biblioteca de ciencia y tecnología, resulta pertinente desarrollar algunos conceptos vinculados a su tipología.

 Las bibliotecas pueden clasificarse de acuerdo con diferentes criterios: el tipo de material que integra su colección, la disciplina que aborda, el perfil de su usuario y los servicios que ofrece, entre otros.

Un intento muy simple, pero generalizado, es agrupar a las bibliotecas en seis grandes categorías:  nacional, universitaria, especial, escolar, pública o popular y especializada, y a partir de allí formular las combinaciones necesarias: una biblioteca parlamentaria puede ser además académica, de investigación y pública; las bibliotecas universitarias o académicas pueden clasificar a su vez como especializadas o de investigación, pero es importante aclarar que siendo sus usuarios directos los estudiantes y docentes universitarios, su colección se desarrollará teniendo en cuenta los planes y programas de estudio que aseguren el objetivo institucional de la formación académica, condición no siempre fundamental para las bibliotecas especializadas.

El tesauro de Unesco define a la biblioteca especializada basándose en la disciplina específica o ámbito concreto en que se desarrolla. Suelen depender de empresas, sociedades, organizaciones e instituciones que requieren información y literatura profesional muy especializada y actualizada, por lo que muchas veces se convierten en verdaderos centros de documentación: una biblioteca especializada ofrece servicios de información especializados a usuarios especializados. Por consiguiente, su bibliotecario debe sumar, a las habilidades y destrezas propias de su profesión, un conocimiento especial en la materia que cubre sus fondos bibliográficos y del perfil de sus usuarios.

Su aparición es relativamente reciente, adquiriendo más fuerza a partir de la segunda mitad del siglo XX como resultado de la explosión de la información y de la especialización como valor social.  Estados Unidos fue pionero en la creación de sociedades de bibliotecas especializadas.  La SLA (Special Libraries Association) fue creada en el año 1909 y quince años más tarde inauguraba la división de Ciencia y Tecnología bajo el nombre de Grupo Tecnológico.  Casi al mismo tiempo, en el año 1932, se fundaba la ARL (Association of Research Libraries).

La IFLA cuenta con trece grandes secciones: bibliotecas académicas y de investigación, de arte, gubernamentales, de ciencias biológicas y de la salud, legislativas, para personas con dificultades con impresos, parlamentarias, municipales, nacionales, públicas, escolares, de ciencias sociales y de ciencia y tecnología.  Esta última sección reúne a las bibliotecas especializadas en la recopilación y el acceso a la información sobre ciencias físicas y tecnología, a los usuarios en la ciencia y los departamentos de tecnología de las bibliotecas nacionales, universitarias, politécnicas, públicas, de empresas, y las bibliotecas de investigación del gobierno.

…y he aquí el dilema, ¿qué temas incluye una biblioteca especializada en ciencia y tecnología?  Tomemos un ejemplo: la Biblioteca Electrónica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la República Argentina organiza sus recursos de información en cinco grandes áreas temáticas: ciencias biológicas y de la salud,ciencias agrarias y ambientalesciencias exactas, de la tierra e ingenieríasciencias sociales y humanas, y lingüística, letras y arte.  Al abarcar todas las áreas del conocimiento vemos con un solo ejemplo la dificultad de unificar el cuerpo de disciplinas que una biblioteca especializada en ciencia y tecnología debe comprender. 

En este trabajo me ocuparé de las características de las bibliotecas especializadas en ciencia y tecnología vinculadas a las áreas de ciencias físicas (astronomía, ciencias del ambiente, ciencias de la tierra, física, matemática y química), ciencias de la vida (biología, medicina y biociencias) y tecnología (ingeniería y ciencias de la computación e información y biotecnología), puesto que los estudios de usuarios provenientes de estas disciplinas resultan en la descripción de perfiles similares (buscar, reunir, crear y compartir información como parte del proceso de investigación), con bibliotecas con características comunes en sus servicios. 

 No obstante, me parece necesario aclarar que siendo médica y bibliotecaria, mi desarrollo profesional está ligado a las áreas de ciencias biológicas y de la salud, por lo que los conceptos que desarrollo en este trabajo son aún más característicos de este tipo de bibliotecas.

Internet, la quintaesencia tecnológica
Formamos parte de la Sociedad de la Información o del Conocimiento, basada en el consumo y creación de información electrónica a través de la nuevas TICs (informática, Internet y telecomunicaciones):  desde la aparición de la radio y televisión hasta la Web 2.0, los medios de comunicación de masas cambian constantemente la forma en que la sociedad interactúa y se comunica.

Este tipo de sociedad está muy influenciada por los avances de la ciencia, la tecnología y la biotecnología, por un lado, y por la globalización de una cultura y economía tecno-informatizadas, por el otro. Su materia prima, la información, crece en forma tan abrumadora como su valor de mercado, y las herramientas tecnológicas presentes en su procesamiento y creación resultan en productos de información cada vez más integrados, útiles y atractivos.

Internet, con sus cuarenta años de existencia, ha logrado cambiar en la sociedad desde los hábitos más simples hasta los más complejos.  Su impacto está dado en parte por la facilidad de intercomunicarnos y de obtener en forma libre e inmediata tanta información como tiempo estemos dispuestos a brindar.  Mientras estamos conectados a Internet, los límites entre trabajo y ocio se esfuman.

 Es interesante observar el fenómeno llamado “Generación Google”, “media-rich culture”, generación en red, nativos digitales o millennials, que se aplica a los adolescentes que han crecido en un mundo dominado por Internet y Google, el buscador más popular. Se trata de una generación con diferentes aptitudes, actitudes, expectativas, formas de comunicarse y de informarse, independientes y con pensamiento tecno-creativo.  Su conducta hacia la búsqueda de información se caracteriza por ser más horizontal, por un intenso uso de la serendipia y “picoteo” de información, chequeando rápidamente los temas sin profundizar en ellos.  Visuales por naturaleza, representan un cambio substancial en la forma de manejar información, no se limitan a consumirla sino que generan grandes cantidades de contenidos editados electrónicamente, borrando los límites tradicionales entre consumidores y productores de información, enseñanza y aprendizaje, comunicación y acceso a la información.

Participan activamente de la Web 2.0  Un estudio reciente llevado a cabo con adolescentes norteamericanos demostró que el 80% del tiempo que pasan en Internet lo hacen a través de las redes sociales, lo que equivale a 1 hora y 50 minutos de las 2 horas y 20 minutos promedio al día que dedican a Internet.  Antes de que nos demos cuenta, serán profesionales que exigirán acceder a información provista por las bibliotecas de la misma forma intuitiva y creativa que lo hacen en Google.

 Como respuesta a estos cambios tecnológicos propiciados por Google y la Web social, las bibliotecas incorporaron a partir del año 2005 el término “biblioteca 2.0” en un intento de diseñar servicios dirigidos para y junto a los usuarios a través de gestores de contenidos:  editan contenidos en blogs como WordPress y wikis como MediaWiki, comparten información y opiniones en foros y marcadores sociales como Delicious y Connotea, crean y difunden recursos bibliográficos en plataformas como Scribd oIssuu, o multimediales en Plickr o YouTube, y de texto o cálculo con Google Docs, sindican contenidos de noticias en Netvibes, participan en microblogs como Twitter oFacebook y de redes profesionales en Linkedln, disponen de un OPAC 2.0 para promocionar los catálogos de la biblioteca sindicando las novedades del catálogo permitiendo la inserción de reseñas y opiniones a través de guías sociales como Librarything.

 Este cambio de la relación usuario-información se ha profundizado aún más en las últimas dos décadas y exige que las bibliotecas especializadas en ciencia y tecnología se anticipen a próximas demandas. ”Cambiar o perecer” es uno de los lemas favoritos de las bibliotecas ¿Por qué justamente ahora tendría que ser diferente? 

Lo admito, las bibliotecas especializadas no necesariamente son el comienzo y fin en las etapas de búsqueda y recuperación de información por parte de los científicos y médicos, pero entre otros aspectos que detallaré más adelante, como no toda la información especializada está ni estará accesible en forma gratuita por Internet, es absurdo pensar que reemplazará a las bibliotecas, ambas conviven en equilibrio, se complementan pero no compiten.  Infinidad de publicaciones científicas y datos provenientes de recursos especializados requieren de costos elevados que las bibliotecas mantienen, por lo que hoy dedicamos nuestra mayor parte del tiempo en trabajar en proyectos que nos permiten brindar servicios de información especializados a nuestros usuarios y organizaciones utilizando todo tipo de recursos a nuestro alcance, nada queda afuera. Las bibliotecas actuales son verdaderos híbridos donde conviven recursos impresos, digitales, online y servicios de información según demanda o “a la carta” y cumplirán su función si son capaces de llevar estos servicios al investigador, académico o estudiante hasta su casa, laboratorio o donde se encuentre de manera eficiente y oportuna, a través de sus catálogos, bases de datos, bibliotecas digitales, virtuales o intranets, todos ellos integrados y accesibles por herramientas de búsqueda amigables e intuitivas.

El espacio físico
 Las bibliotecas no son obsoletas, siempre se adaptan a los cambios.  La biblioteca especializada en ciencia y tecnología tradicional como espacio físico donde encontrar información, con sus sectores de referencia, circulación y colección impresa clásica está dejando de ser sustentable, evolucionando hacia la creación de nuevas actividades y servicios.  Sus salones, antes depósitos de extensas estanterías con libros, series, revistas, manuales, tesis, y material de referencia se están transformando en espacios amplios y confortables donde interactuar, intercambiar ideas, reunirse, enseñar, estudiar y trabajar con el ordenador.  Los médicos, investigadores y becarios demandan estaciones de trabajo, salas de lectura, de usos múltiples para reuniones de laboratorio, seguimiento de tesis, videoconferencias, clases de idiomas y posibilidad de conectarse desde cualquier parte de sus instalaciones a través de redes locales o wi-fi.  Un espacio ideal donde exhibir artefactos y material bibliográfico perteneciente a la memoria histórica y cultural de la institución. Un lugar adecuado para realizar entrevistas, notas periodísticas, exhibiciones de arte, proyección de ciclos de películas, documentales, series y videos sobre ciencia y tecnología y otras actividades sociales y culturales no exentas de charlas y café.  

Le planteo una pregunta ¿le sorprendería encontrarse en una biblioteca especializada en ciencia y tecnología con becarios o investigadores jugando al go o al ajedrez?  Apreciaría un no como respuesta.

Estamos acostumbrados a leer profecías sobre la desaparición de los libros y revistas impresas.  La marcada preferencia de los científicos por las publicaciones electrónicas en detrimento de las impresas no implica que estas últimas “siempre estén de más”.  El bibliotecario especializado deberá asesorar a la institución sobre la forma paulatina y racional de ir transformando la colección impresa en otra de acceso electrónico, sin adelantarse equívocamente a los tiempos, apoyado en lo que hacen otras bibliotecas del mismo tipo en el resto del mundo y su entorno más cercano, y fundamentalmente basado en los resultados de encuestas, entrevistas y otros estudios de usuarios de su propia institución.  La historia reciente demuestra que a medida que nuevas tecnologías de la información y comunicación van apareciendo, cada una de ellas va encontrando su propio espacio, la radio vive a pesar de la televisión, la gente se comunica por teléfono tanto como por e-mail, ordenador o dispositivo móvil más novedoso y los cines están cada vez más atestados de gente, muy lejos de los pronósticos que avecinaban su muerte ante el surgimiento del video. 

El usuario
 Los usuarios de bibliotecas en ciencia y tecnología son expertos cualificados que habitualmente necesitan información para los trabajos de investigación o asistenciales que realizan dentro de la institución. Las preferencias de científicos, médicos, becarios y técnicos con elevada formación y especialización, se centran en la rápida obtención de artículos de revistas científicas, libros, tesis, informes, actas de congresos, protocolos y técnicas, siendo la biblioteca una herramienta de trabajo más.

 Exigentes y precisos para formular sus necesidades de información, realizan las búsquedas en bases de datos bibliográficas especializas.  Me detendré sobre este concepto ya que en él se halla una de las principales diferencias en el perfil de usuarios entre médicos y científicos.  Los científicos realizan si no todo, gran parte de su trabajo en el ordenador, es su herramienta cotidiana y su trabajo comienza y finaliza en las publicaciones; de hecho, cuando se habla de producción científica se está haciendo referencia a las publicaciones científicas.  

Esta estrecha relación con las publicaciones y el ordenador resulta en conductas de información independientes;  suelen preferir los alertas automáticos de las bases de datos y las tablas de contenido de revistas más prestigiosas que ellos mismos seleccionan, a delegar las búsquedas en el bibliotecario. Sus perfiles de alerta están delimitados por unos pocos descriptores o palabras claves que describen con precisión su tema de investigación.  Esta es una de las razones por lo que la mayoría de los artículos que solicitan los científicos entra dentro del tipo “online advance publication”, mientras que los médicos necesitan por igual artículos retrospectivos.  Por otra parte, los médicos trabajan la mayor parte del día en tareas asistenciales; así, cada paciente, su patología, tratamiento y evolución puede generar una nueva y particular necesidad de información, que delegan en el bibliotecario especializado por falta de tiempo, confiando en su experiencia para formular complejas y precisas estrategias de búsqueda en todas las bases de datos bibliográficas a su alcance.

A partir de la última década se observa el modelo editorial “open access” o “acceso libre” y que impacta en los servicios de las bibliotecas.  En el año 2001 el Open Society Institute fundó las bases de este nuevo modelo para el acceso libre a la información científica a través de la declaración de principios de la Budapest Open Access Initiative(OAI), con el propósito de acelerar el progreso a través de la participación internacional de científicos y editores hacia un tipo de publicación que permitiera el libre acceso a través de Internet de las publicaciones científicas en todos los campos.  Los lectores estarían autorizados a acceder gratuitamente al texto completo de los artículos científicos y además a copiar y reutilizar el contenido con la única condición de citar la fuente original. Esta nueva forma de declaración de principios y licencia va evolucionando constantemente, abriendo nuevas posibilidades de acceso libre a las publicaciones científicas y de edición de sus artículos.  Un ejemplo de este proceso esPLoS Biology, una de las primeras y más prestigiosas publicaciones aparecidas bajo esta modalidad, editada por la Public Library of Science (PLoS) en el año 2003.  

Desde entonces, PLoS Biology ha evolucionado de un prototipo de publicación electrónica de acceso libre que emulaba al impreso, a un modelo en el que importa tanto el acceso libre al texto completo del artículo como a los datos en bruto de la investigación sobre los que se basan sus conclusiones, así como a las discusiones que mantuvieron los autores durante el desarrollo de su investigación, incluyendo opiniones de los lectores con enlaces a wikis blogs, incorporando así nuevas formas de revisión por pares. 

 Esta forma de producción, diseminación y uso de las publicaciones científicas y técnicas impacta fuertemente en los procesos de enseñanza, aprendizaje, investigación y en los servicios de la biblioteca hacia su comunidad.  Hasta no hace tantos años, las demandas de información a las que los bibliotecarios especializados en ciencia y tecnología estábamos acostumbrados estaban vinculadas principalmente a la colección propia de cada biblioteca.  “¿Tenemos esta publicación en la biblioteca?” era la forma corriente en la que los científicos y médicos formulaban su necesidad de información;  si la respuesta era un “no”, el bibliotecario trataba de localizarla a través de catálogos colectivos de otras bibliotecas, generalmente cercanas a su institución y, si a partir de allí la respuesta pasaba a un “está en tal o cual biblioteca”, tanto bibliotecario como usuario sentían que la biblioteca había logrado casi un imposible. 

 A través de Internet, hoy los científicos y médicos pueden acceder al texto completo de buena parte de las publicaciones, ya sean de acceso libre o de colecciones suscriptas por su biblioteca o biblioteca electrónica especializada, por rango de IP o reverso institucional.  Esto hace que el investigador no repare en solicitar aquello que se tiene sino lo que necesita, y esto significa cualquier publicación que Internet no le permita bajar en forma directa.  El resultado es una incesante demanda de artículos provenientes de las más diversas publicaciones que el especialista en información deberá conseguir con conocimiento, experiencia y creatividad.

El bibliotecario especializado en ciencia y tecnología - science and technology librarian o medical librarian
Contenido y continente, la información y el libro como artefacto tecnológico evolucionan sin solución de continuidad y en estos cambios, los bibliotecarios necesitan ir capacitándose en el qué y cómo de la información y sus tecnologías. 

Durante este proceso, la bibliotecología fue adoptando para sí el término “ciencia de la información”, y las bibliotecas se identifican hoy más como centros de comunicación y acceso a la información, que como lugares de almacenado del conocimiento. Creo que la gente, aún del entorno cercano y cotidiano, no llega a comprender con claridad las tareas del bibliotecario especializado, asociando todavía su figura con la del custodio y organizador de libros y revistas, preguntándose qué son, qué hacen en la actualidad y, en algunos casos, cómo podrán subsistir dentro de su organización en la era de la información digital.  Tal vez ayude un cambio de nombre de la profesión, que permita redefinir los nuevos roles que el bibliotecario va adquiriendo a través de la gestión electrónica de la información y los servicios que esta posibilita.

 El bibliotecario especializado se preocupa hoy por observar las preferencias y formas a través de las cuales todos los sectores de la organización y sus miembros acceden a la información y administran su propio conocimiento, respondiendo con los servicios que las tecnologías van posibilitando.  Entre las tecnologías y procedimientos que más han impactado en las bibliotecas a partir de la segunda mitad del siglo XX se pueden destacar:  las computadoras personales y soportes de almacenamiento, digitalización, multimedia, sistemas integrados de bibliotecas, normas de catalogación AACR / AACR2R / RDA, catalogación automática, catálogos públicos en línea –OPACS, formato MARC, gestión de metadatos y etiquetas, publicaciones electrónicas, www, Internet y protocolos ECT/IP, FTP, acceso libre en línea a PubMed y otras bases de datos bibliográficas con enlaces al texto completo, acceso por IP a intranets, bibliotecas y repositorios institucionales digitales, acceso abierto y otras formas nuevas de edición y licencias, nuevos canales y estilos de comunicación (teléfono, email, online, videos, podcasts), wi-fi, redes sociales web, gestores de contenido y plataformas de enseñanza en línea – e-learning.

Finalizaré mi trabajo mencionando algunas de las habilidades y competencias propias del bibliotecario especializado en ciencia y tecnología, que sumadas a las ya clásicas de desarrollo de las colecciones impresas y electrónicas (selección y adquisición, entre otras), procesos técnicos (catalogación, clasificación e indización) y referencia especializada resultan en un perfil profesional proteiforme, muy alejado del estereotipo tan difundido en el pasado.

Competencias y habilidades

Ø       Tecnologías y procesamiento de la información
  • Repositorios Digitales Institucionales (RIDs).  En un mundo globalizado y en el que la gente avanza rápidamente hacia la interacción con contenidos en formato digital, se irá haciendo más notoria la preferencia de todos hacia esa forma de gestión de la información, por lo que las bibliotecas especializadas tienen hoy la oportunidad de contribuir con la creación de servicios de digitalización y archivado en repositorios digitales institucionales para los documentos impresos, digitales y recursos multimedia que los investigadores y la organización producen y que les es propio, con fines de acceso y preservación.  Esto lleva a un cambio de cultura en la organización pues permite captar y compartir el conocimiento generado por la propia gente dentro de la institución, impidiendo que este se pierda con el paso del tiempo, por el deterioro físico del documento, o por la desvinculación de su personal con la empresa.
  • Bibliotecas Digitales.  Debe balancear habilidades teóricas y prácticas en el manejo de las actuales tecnologías digitales, sus estándares y formatos (OAI-PMH, XML, etc.), esquemas de metadatos con énfasis en la preservación a largo plazo, herramientas de software libre y propietario, así como conocimientos en diseño web y sus aplicaciones, recuperación de la información, desarrollo de bases de datos y sistemas de gestión y todo tipo de tecnologías de la información adecuadas para diseminar información, conectando el catálogo en línea a servicios de provisión de documentos u otros adecuados a su biblioteca digital o virtual.
  • Taxonomías y control semántico especializado.  Trabaja en la creación de listas de encabezamientos de materias o tesauros altamente especializados imprescindibles en la indización de sus bases de datos.
  • Políticas y procedimientos: diseña, analiza y documenta los procesos llevados a cabo en la biblioteca para su implementación, estadística y continuidad a través del tiempo.

Ø       Gestión
  • Análisis bibliométrico para la evaluación y toma de decisiones.  Crea listados de la producción científica de la institución y sus investigadores  para con ellos confeccionar los indicadores bibliométricos básicos en base a información relevada de las bases de datos especializadas Scopus, Web of Science, Journal Citation Report o cualquier otra accesible y pertinaz.  Para obtener datos confiables, el bibliotecario debe conocer los alcances, fortalezas y debilidades de cada base, completar información faltante y corregir errores en general vinculados a problemas de identidad de autores e instituciones. 
  • Identificadores únicos y control de autoridad de bases de datosasiste a usuarios e institución en la corrección de errores de identidad de autor y filiación de las bases especializadas.
  • Redes de información cooperativas que amplíen las posibilidades de acceso a la información, permitiendo compartir y optimizar recursos.  El bibliotecario debe colaborar con las redes ya existentes procurando crear nuevas que le permitan aliarse estratégicamente con otros profesionales e instituciones con intereses similares.
  • Boletines de novedades, de resúmenes y difusión selectiva de la información (DDS): envía regular y periódicamente información acorde al perfil personal del usuario, para mantenerlo al día sobre los temas de su interés.
  • E-learning: apoya la enseñanza y aprendizaje a través de la colaboración y asistencia en clases multimediales, webinarios y seminarios en línea,

Ø       Referencia y desarrollo de la colección y recursos de información
  • Referencia especializada.
  • Experto en búsqueda y análisis documental en bases de datos bibliográficas especializadas y sitios web autorizados.
  • Negocia con editoriales e instituciones la selección y adquisición de publicaciones y recursos de información.
  • Desarrollo de la colección: evalúa la evolución de las diferentes colecciones y recursos de información, impresas o en cualquier otro formato según un plan de selección, adquisición y descarte, acorde a las necesidades.
  • Formación de usuarios: introduce nuevos servicios y recursos a través de clases, tutoriales y demostraciones.
  • Derechos de autor y modalidades de edición y licencias de las publicaciones: asesora y colabora con la organización e investigadores en temas relacionados.
  • Estudios de usuarios: diseña y pone en marcha encuestas y estadísticas para la creación de nuevos servicios y mejora de los actuales.

Ø      Personales
  • Capacitación constante e innovadora y predisposición al trabajo en equipo, compartiendo con él los conocimientos y habilidades adquiridas.
  • Habilidades orales y escritas de buen comunicador, con actitud proactiva hacia nuevos desafíos y tendencias, procurando conocer personalmente a sus usuarios para detectar nuevas demandas. 

Los bibliotecarios especializados en ciencia y tecnología nos encontramos hoy redefiniendo y reevaluando nuestra profesión pero con la misma misión de siempre: facilitar a estudiantes, investigadores, médicos y organizaciones, toda actividad vinculada a la gestión de información que les simplifique y allane su trabajo.  Nuestra tarea continuará cumpliéndose siempre que nuestros usuarios sigan identificándonos como uno de los referentes naturales a la hora de necesitar asistencia para el acceso, uso y gestión de información.


 Bibliografía

ACRL Research Planning and Review Committee, 2010.  2010 top ten trends in academic libraries.  C&RL News: 286-292.
Allendez Súllivan PM, 2004.  El impacto de las nuevas tecnologías en la competencia laboral del bibliotecario del siglo XXI. Biblios 5:25-35.
British Library, Joint Information Systems Committee.  Information behaviour of the researcher of the future.  London: JISC, 2008. 
Bueno Vieira GJ.  Impacto tecnológico y arquitectura en bibliotecas.  1ª. ed. español. Buenos Aires: Alfagrama, 2006.
Godwin P, Parker J (eds.).  Information literacy meets library 2.0.  London: Facet Publishing, 2008.
Grefsheim SF, Rankin JA, 2007.  Information needs and information seeking in a biomedical research setting: a study of scientist and science administrators.  J Med Libr Assoc. 95:426-434.
DOI: 10.3163/1536-5050,95,4,426
Haines LL, Light J, O’Malley D, Delwiche FA, 2010.  Information-seeking behavior of basic science researchers: implications for library services. J Med Libr Assoc. 98:73-81.  DOI: 10.3163/1536-5050.98.1.019
Hemminger BM, Lu D, Vaughan KTL, Adams SJ, 2007.  Information seeking behavior of academic scientists.  J Am Soc Inf Sci Technol. 58:2205-2225.    DOI: 10.1002/asi.20686
Hinman H, Williams JF.  Study of 21st Century librarianship initiatives: consultant report.  Sacramento, CA: Library Services and Technology, California State Library, 2002.
Persily GL, Butter KA, 2010.  Reinvisioning and redesigning “a library for the fifteenth through twenty-first centuries”: a case study on loss of space from the Library and Center for Knowledge Management, University of California, San Francisco. J Med Libr Assoc. 98:44-48.    DOI: 10.3163/1536-5050.98.1.015
Pinto M, Fernández Marcial V, Gómez Camarero C, 2010.  The impact of information behavior in academic library service quality: a case study of the science and technology area in Spain. J Acad Librarianship. 36:70-78.
Rankin JA, Grefsheim SF, Canto CC, 2008.  The emerging informationist specialty: a systematic review of the literature. J Med Libr Assoc. 96:194-206.    DOI: 10.3163/1536-5050.96.3.005

ISSN 1666-7948
www.quimicaviva.qb.fcen.uba.ar
Revista QuímicaViva
Número 3, año 9, Diciembre 2010
quimicaviva@qb.fcen.uba.ar