Raza Negra
El término
“negro”, derivado del latín “niger” y trasladado en idéntica forma del español
al inglés (en vez de “black”, color negro) cuando se trata de raza, puede aplicarse a una amplia porción
de la humanidad, pero más estrictamente se limita a ciertos pueblos y tribus de
Africa Central y a sus descendientes en diversas partes del mundo. La división
de la humanidad en cinco partes hecha por Bluemback (Blumenbach)considera como negro en primer lugar al etíope,
abarcando los cafres, hotentotes, australianos, alfures y negros de Oceanía.
Pritchard y Latham protestan con razón contra el error de considerar el término negro como sinónimo de
africano. Hay pueblos de piel oscura de varios tipos por todos los países
tropicales del mundo. El negro propiamente dicho es de piel oscura, con pelo lanudo
y otras características, mientras que difiere en rasgos menores. Es un error
sostener, como hacen algunos, que todos los negros tienen rasgos comunes. El
profesor Jerome Dowd, un sureño blanco, declara que “hablar de todos los negros
de Africa como una raza que tenga características comunes, es erróneo y tan
poco científico como considerar a todos los europeos y americanos como una raza
y atribuirle a todos ellos los mismos rasgos”. Las observaciones y documentos
sobre el continente africano van a mostrar que no son necesariamente las razas con
piel más oscura las más inferiores en la escala de la civilización. El negro es
originariamente un nativo del Sudán y otras partes de Africa Central y
Occidental, donde ahora (1910) hay una población de unos 128.000.000 de negros.
En las Indias Occidentales, Sudamérica y los Estados Unidos hay descendientes
de africanos, aunque en los Estados Unidos los de sangre mezclada, los mulatos,
e incluso los que tienen preponderancia de sangre blanca son clasificados como
negros.
HISTORIA
El origen de la raza negra data de la formación de las
razas en el alba de la historia humana. Los aspectos etnológicos de la cuestión
son muchos y variados. Se dice que el africano original fue el bosquimano, que
es más bien moreno que negro; el negro, el hombre de color realmente negro,
probablemente vino de otras regiones. Esto, sin embargo, debió ocurrir en un
periodo remoto. Las principales divisiones de la población nativa de Africa son
las razas negra, bosquimana, y bantú, o mezclada, generalmente de color moreno,
que invadieron el sur de Africa, expulsando al bosquimano originario. Pero
siglos de esclavitud han roto y entremezclado de tal manera las diferentes
razas que es difícil encontrar algún negro sin mixtura de sangre extranjera.
La historia del negro en América, que es la que concierne
más específicamente a este artículo, comienza con el comercio de esclavos
africanos. Bajo la coacción y la vara del dueño de esclavos el negro se
convirtió en parte de la población del Nuevo Mundo. La esclavitud del negro de
los tiempos modernos siguió al descubrimiento de América. Los portugueses, que
poseían una amplia parte de la costa africana occidental, comenzaron a emplear
como esclavos a los negros, en lo que fueron seguidos por otros colonizadores
del Nuevo Mundo. El primer país del Nuevo Mundo al que fueron traídos
masivamente los negros fue Haití, o la Hispaniola. La raza aborigen había sido
empleada allí al principio en las minas, pero esta clase de trabajo se reveló
tan fatal para ellos que Las Casas, obispo de Chiapas, el célebre protector de
los indios, aunque en un periodo
posterior desaprobó la esclavitud, urgió a Carlos V que los sustituyera con
esclavos africanos como raza más resistente. Por consiguiente el Emperador, en
1517, autorizó una amplia exportación de negros. Sir John Hawkins fue el primer
inglés que se dedicó a este tráfico. Otros compatriotas suyos pronto siguieron
su ejemplo en gran escala. Se dice que Inglaterra capturó, entre 1680 y 1700,
no menos de 300.000 esclavos de Africa, y entre 1700 y 1786 sólo Jamaica
recibió 610.000. Un barco holandés trajo
de la costa de Guinea a Jamestown, Virginia, un cargamento de 20 negros en
1620; este fue el comienzo de la esclavitud en las colonias inglesas de
América. Una compañía inglesa obtuvo el monopolio del suministro de esclavos
negros a las colonias españolas por treinta años; el contrato fue anulado por
España en 1739, e Inglaterra acto seguido declaró la guerra a España. El número
de esclavos exportados anualmente de Africa subía, a fines del Siglo XVIII, a 74.000.
Entre 1680 y 1786 se trajo a 2.130.000 esclavos negros a las colonias
británicas de América, incluyendo las Indias Occidentales. En conjunto se
estima que probablemente 12.000.000 de esclavos desembarcaron en América del
Norte y del Sur desde el comienzo hasta el fin del comercio de esclavos. Se
supone que un número igual pereció en las incursiones para capturarlos en
Africa y en su camino a América. El
comercio de esclavos fue normalmente llevado a cabo con extrema crueldad; los
barcos que transportaban a los esclavos de Africa a América estaban atestados
hasta tal punto que una gran proporción moría durante el viaje. El trato a los
esclavos después de su llegada dependía mucho del carácter de sus amos; sin
embargo, se impusieron por ley restricciones en varias colonias para proteger a
los esclavos de daños.
A principios del Siglo XVII Cartagena (de Indias), en Colombia, fue un destacado mercado de esclavos.
Este fue el campo de labor de San Pedro Claver, de la Compañía de Jesús, el
apóstol de los negros. Unos doce mil esclavos desembarcaban anualmente en
Cartagena. Habitualmente estaban en miserables condiciones, y el santo buscó
aliviar sus privaciones y sufrimientos. Con el tiempo un fuerte sentimiento
cristiano se hizo valer contra el tráfico. En la época católica en Europa y
Oriente, bajo la benigna influencia de la Iglesia Católica, las naciones
gradualmente emanciparon a los esclavos. Desde el comienzo del comercio de
esclavos africanos los Papas, desde Pío II, en el Siglo XV, a León XIII, en el
Siglo XIX, publicaron encíclicas y dirigieron anatemas contra el bárbaro e
inhumano trato a seres humanos en esclavitud. El tráfico y sus crueldades
fueron condenados por la Santa Sede antes del descubrimiento de América. En
América, los Amigos o Cuáqueros, de Pennsylvania, en 1776, requirieron de sus
miembros que tuvieran esclavos que los emanciparan. Se formaron sociedades
abolicionistas para desanimar y oponerse al tráfico de esclavos. Ante un gran
incremento del tráfico, se tomaron medidas por el Gobierno británico y se
prohibió toda ulterior importación de esclavos a las colonias en 1805. Los
Estados Unidos prohibieron la importación de esclavos de Africa en 1808, aunque
en cierta medida se siguieron trayendo esclavos secreta e ilegalmente al país
hasta la emancipación de los esclavos durante la Guerra Civil. La importación
de esclavos fue así mismo prohibida en las repúblicas sudamericanas. Con el
tiempo, todos los estados de Europa aprobaron leyes o suscribieron tratados que
prohibían el tráfico.
El paso siguiente era la abolición total de la esclavitud y
la emancipación de los esclavos. Esto se produjo en las colonias británicas en
1834. Los franceses emanciparon a sus negros en 1848. En Haití la esclavitud
terminó mucho antes, en 1791; su abolición fue uno de los resultados de la
insurrección negra de ese año. Muchos de los estados hispanoamericanos
abolieron la esclavitud al declarar su independencia; los otros han abolido
desde entonces la institución. Brasil aprobó una ley de emancipación gradual en
1871. El Papa León XIII, en 1888, escribió a los obispos de Brasil
estableciendo en lo sucesivo la posición de la Iglesia sobre la esclavitud;
condenaba las crueldades del tráfico de esclavos y recomendaba la abolición de
la esclavitud. En Estados Unidos la esclavitud estaba firmemente establecida en
la época de la Declaración de Independencia y fue reconocida por la
Constitución, ratificada en 1788. Había entonces varios cientos de miles de
esclavos en la república. La esclavitud decayó en los estados del Norte, pero
no en los del Sur, donde se requería el trabajo de los negros para el cultivo
del azúcar y del algodón. La diversidad de sentimientos y de intereses entre el
Norte y el Sur en la cuestión de la esclavitud produjo la Guerra Civil. La
esclavitud de los negros tocó a su fin entonces en los Estados Unidos, cuando
en interés de la Unión y como medida militar, el presidente Lincoln emitió su
Proclama de Emancipación (1 de Enero de 1863). Desde que adquirieron la
libertad los negros han crecido en número y progresado en lo material. La
discriminación, el prejuicio, y la violenta crítica han estimulado a los más
ambiciosos y respetables de entre ellos a adquirir educación y propiedad. En
menos de cuarenta años de libertad, para el año 1900, el número de negros que
puede leer y escribir se elevó del 5 al 55%. La tasa de incremento de la
población negra se estimaba por las autoridades del Censo de Estados Unidos que
sería alrededor del 15% para los diez años anteriores al Censo de 1900. Los
informes del Censo para 1900 dan 8.833.994 negros para la parte continental de
los Estados Unidos. Había también 363.742 personas de sangre negra pura o
mezclada bajo la jurisdicción de Estados Unidos en Puerto Rico. Las
estadísticas del Censo para 1910 en relación con las distintas razas no están
aún disponibles, pero utilizando el porcentaje normal de incremento, podemos
estimar las cifras aproximadas para ese año, fijando la población negra actual
de la parte continental de los Estados Unidos en 10.158.092 personas. El censo
de mulatos y otros de sangre mezclada en diversos grados fue realizado en los
años 1850,1860,1870,y 1890. Aunque se reconoce que este recuento está muy
sujeto a error, algunos resultados generales se han obtenido. Las indicaciones
son que del 11 al 16 % de los clasificados como negros tienen algún grado de
sangre blanca. Las cifras justifican la creencia de que entre un sexto y un
noveno de la población negra de la parte continental de los Estados Unidos ha
sido considerada por cuatro grupos de encuestadores como llevando la evidencia
de una mezcla de sangre blanca. En el Sur los negros forman aproximadamente un
tercio de la población. En 1900 tres décimos de la población negra total del
país estaba viviendo en los estados contiguos de Georgia, Alabama y
Mississippi. Estos, junto con los adyacentes de la Costa Atlántica (Virginia,
Carolina del Norte y del Sur) y los estados del Golfo (Louisiana y Texas),
tenían entonces más de medio millón de
negros cada uno. La población negra en 1900 se distribuía por estados como
sigue:
Georgia- -1.034.813
Mississippi- -907.630
Alabama- - 827.307
Carolina del Sur- -782.321
Virginia- -660.722
Louisiana- -650.804
Carolina del Norte- -624.469
Texas- - 620.722
Tennessee- -480.243
Arkansas- - 366.856
Kentucky- -284.706
Maryland- -235.064
Florida- -230.730
Missouri - - 161.234
Pennsylvania- -156.845
Nueva York- -99.232
Ohio- - 96.901
Distrito de Columbia- -86.702
Illinois- -85.078
Nueva Jersey- -69.844
Indiana- -57.505
Kansas - - 52.003
Mississippi- -907.630
Alabama- - 827.307
Carolina del Sur- -782.321
Virginia- -660.722
Louisiana- -650.804
Carolina del Norte- -624.469
Texas- - 620.722
Tennessee- -480.243
Arkansas- - 366.856
Kentucky- -284.706
Maryland- -235.064
Florida- -230.730
Missouri - - 161.234
Pennsylvania- -156.845
Nueva York- -99.232
Ohio- - 96.901
Distrito de Columbia- -86.702
Illinois- -85.078
Nueva Jersey- -69.844
Indiana- -57.505
Kansas - - 52.003
Los restantes estados tienen menos de 50.000 cada uno,
completando el total de 8.833.994.
PRINCIPALES OCUPACIONES
Los informes del Censo muestran que los trabajadores de la
agricultura, granjeros, plantadores, y capataces, trabajadores no clasificados,
sirvientes, camareros, lavanderos y lavanderas, constituían el 83’6 %, o
aproximadamente los cinco sextos, de los negros en todas las ocupaciones
retribuidas de la parte continental de los Estados Unidos. Los mismos documentos también muestran que
veintisiete ocupaciones incluían el 95’4 %, o más de nueve décimos, del total
de los negros con ocupaciones remuneradas. Más de los tres cuartos (el 77’3%)
de los negros viven en el campo. En 1900 había en los Estados Unidos 746.717
granjas explotadas por negros. Esas granjas ocupaban una superficie de
38.233.933 acres (15.473.272 Has.),
valoradas en 499.943.734 dólares. De las 746.717 granjas explotadas por negros
el 21% eran propiedad enteramente, y un 4’2% adicional en parte, de los
granjeros que las explotaban; en otras palabras, cuarenta años después de la
emancipación el 25’2%, o aproximadamente un cuarto, de todos los granjeros
negros se han convertido en propietarios de la tierra. El valor de toda la
propiedad imponible poseída hoy por la gente de color en los Estados unidos se
estima en 550.000.000 de dólares.
EDUCACIÓN
Los resúmenes estadísticos que están disponibles de los 16
antiguos estados esclavistas dan para 1908-9
un promedio diario de asistencia de 1.116.811 niños de color a las
escuelas públicas. Hay 141 escuelas públicas superiores para la raza de color
con 10.935 alumnos y 473 profesores. El informe de educación del gobierno para
1910 también da estadísticas de 189 escuelas secundarias y superiores,
universidades, escuelas profesionales, etc., para estudiantes de color
(excluyendo las escuelas públicas superiores). Estas escuelas están normalmente
bajo control de varias denominaciones religiosas. Algunas están controladas por
corporaciones privadas y se clasifican como no-sectarias. Se admite que la
lista es incompleta. Sólo dos escuelas católicas figuran en la lista, a saber,
la Escuela Profesional de San José, de Clayton, Delaware, y la Academia de San
Francisco, de Baltimore, Maryland. Hay, aparte de éstas, otros dos internados
católicos para muchachos de color, uno en Rock Castle, Virginia, el otro en
Montgomery, Alabama, aparte de la Universidad Van de Vyer, en Richmond,
Virginia, y otros. Hay varios internados católicos para chicas de color donde
se enseñan las ramas académica y profesional. Las Hermanas del Santísimo
Sacramento tienen institutos en Rock Castle, Virginia, Nashville, Tennessee, y
Cornwells, Pennsylvania. Las Hermanas Oblatas de color, de Baltimore, y las
Hermanas de la Sagrada Familia, de Nueva Orleáns, tienen varios internados cada
una. Las escuelas externas católicas ascienden a unas cien. En el Sur no se da
educación sino en escuelas separadas.
Muchas de las escuelas descritas en el informe del gobierno
sobre escuelas superiores no públicas son denominadas escuelas normales y
profesionales e institutos. Otros son calificados de colegios misioneros. En
gran parte son sostenidos por las denominaciones religiosas del Norte. Se
reciben también considerables ingresos de las cuotas de enseñanza y
suscripciones privadas. Los institutos
no católicos reciben también generosas asignaciones de fondos educativos
establecidos por filántropos del Norte para esclavos emancipados, tales como el
Fondo Peabody, o el Fondo John F. Slater de Nueva York. El Fondo John F. Slater
solo desembolsó 72.950 dólares (unas 14.590 libras) a varios institutos de
color por todo el Sur en 1909-10. Los así llamados colegios no-sectarios
reciben también ayuda municipal y del estado. En 1868 Samuel Chapman Armstrong,
un célebre amigo de los negros, fundó el Instituto Hampton de Virginia para la
educación de negros e indios. Al escribirse esto (1911) el Instituto Normal y
profesional Hampton tiene 1374 estudiantes, masculinos y femeninos, con 112
profesores blancos y de color. Hampton ha sido el inspirador de un extenso
sistema de institutos educativos y profesionales similares para la raza de
color por todo el Sur. El más destacado retoño de Hampton es el Instituto
Normal y Profesional de Tuskegee, en Tuskegee, Alabama, que tiene ahora 1.968
estudiantes, 1.137 de ellos varones y 561 mujeres. Hay 185 instructores, todos
de color. La propiedad del instituto está valorada en 1.278.635 dólares
(255.727 libras). Tiene una amplia dotación, que está siendo incrementada. Los
ingresos totales de la escuela para 1909-10 fueron de 258.940 dólares.
RELIGIÓN
El negro es religioso por naturaleza. Su disposición dócil,
alegre, y emotiva está muy influida por su ambiente más próximo, tanto si ese
ambiente es bueno como si es malo. La fe y la disciplina católicas se sabe que
tienen un efecto saludable sobre la raza. Hombres observadores y jueces de los
tribunales han señalado el espíritu de cumplimiento de la ley que existe en las
comunidades católicas de color. Algunos elementos de las civilizaciones del
hombre blanco no siempre tienden a elevar la moralidad del negro. El negro es
naturalmente gregario, y las disipaciones y condiciones de la vida urbana en
muchos casos corrompen la nativa simplicidad de la generación más joven para
dolor de sus mayores, más conservadores.(Para una visión de la religión en estos
últimos tiempos entre los negros en el hogar nativo de la raza en África, ver
AFRICA). Contrariamente a la opinión predominante, el negro, cuando está bien
arraigado en la fe católica, es perseverante en ella. En Estados Unidos los
negros y sus descendientes naturalmente adoptaron más o menos la religión de
sus amos o antiguos propietarios. Así es como, fuera de Maryland y la Costa del
Golfo, colonizados por protestantes ingleses en una amplia sección del Sur que
comprende los antiguos estados esclavistas, los negros que declaran su
afiliación a alguna Iglesia son en su mayor parte baptistas y metodistas. Los
católicos y la fe católica fueron completamente desconocidos por los negros en
esos estados. En la época colonial la religión de los católicos y la de los
negros fueron miradas con igual desaprobación, siendo la última considerada
como no-cristiana. Bajo la legislación de Virginia, tal como era en 1705, los
católicos, indios, y esclavos negros no tenían derecho a actuar “como testigos
en ningún caso en absoluto, al no ser cristianos”. Los metodistas negros
comprenden tanto a los que de alguna manera están integrados entre los
metodistas blancos, como a los que forman organizaciones independientes que no
tienen conexión con las blancas. Las tres organizaciones más importantes de
metodistas de color son la Iglesia Africana Metodista Episcopal, la Iglesia
Africana Metodista Episcopal de Sión, y la Iglesia Metodista Episcopal de
Color. Esos grupos afirman tener en conjunto 869.710 miembros. Con otros metodistas
africanos, el número total de metodistas de color es probablemente de casi
1.500.000, con 13.000 iglesias. El mayor número de protestantes de color es
baptista. Según el estilo de la secta baptista, las congregaciones baptistas
son independientes unas de otras. Sin embargo, de acuerdo con las estadísticas
dadas para 1908, hay ochenta y nueve organizaciones estatales y seiscientas
asociaciones de distrito con 18.307 iglesias baptistas negras organizadas y
17.088 predicadores ordenados en los Estados Unidos. El número total de
baptistas de color suma unos 2.330.535. El número de negros adheridos a otras
sectas protestantes es comparativamente insignificante. Tomados en conjunto hay
probablemente unos 4.000.000 de negros que profesan el protestantismo en los
Estados Unidos. Hay probablemente unos 200.000 católicos de color, lo que deja
más de 5.000.000 que no profesan el cristianismo. Recordando que algunas de las
sectas baptistas no bautizan a los niños pequeños, podemos concluir que hay más
de 6.000.000 de negros en Estados Unidos sin bautizar. Por otro lado, la
inmensa mayoría de los que declaran su adhesión a alguna denominación
protestante no tiene nociones definidas de la doctrina cristiana y tiene
igualmente vagas ideas sobre la moralidad cristiana. Este estado de cosas puede
ser en gran parte atribuido a la falta de enseñanza religiosa definida en su
juventud. Los negros de las islas del Caribe y de Sudamérica tienen en su mayor
parte la religión de los conquistadores y colonos originarios de estas regiones,
y la cuestión se trata en sus respectivos artículos.
Como se ha afirmado antes, los negros católicos de los
Estados Unidos vivían principalmente en los estados sureños colonizados en
parte por católicos. Entre ellos están Maryland y los estados del Golfo de
México, a saber, Florida, Mississippi, y especialmente Louisiana, donde reside
el mayor número. En tiempos pasados, los obispos de la Iglesia Católica
hicieron celosos esfuerzos para extender la dignificante influencia de la Fe
Católica entre las gentes de color de este país. Los dos últimos concilios de
Baltimore, con ardientes palabras, urgen al trabajo entre la raza de color. El
Segundo Concilio Plenario implora a los sacerdotes que “consagren en todo lo
que puedan sus pensamientos, su tiempo y ellos mismos, total y completamente,
si es posible, al servicio de la gente de color”. La falta de hombres y medios
ha entorpecido mucho el trabajo. En un tiempo se informó que muchos miles
habían perdido la fe por falta de sacerdotes para asistirlos. Se ha dicho que
sólo en una parte de Louisiana hasta unos 30.000 se perdieron. Pero se están
haciendo ahora arduos esfuerzos para recuperarlos. La provisión de sacerdotes
dedicados a los intereses y la salvación de la raza negra se reconoce como un
problema serio, en cuanto que parece ser difícil un número suficiente de
vocaciones entre jóvenes blancos. Algún tiempo antes de su muerte, el Papa León
XIII publicó una carta urgiendo por un clero nativo. El Papa Pío X ha animado
también el trabajo misionero entre los negros.
Es casi imposible obtener el número exacto de negros
católicos en Estados Unidos. Mientras que un gran número vive en parroquias de
color y tiene sus propias iglesias, hasta el número de unas sesenta, muchos
otros están mezclados entre los blancos en parroquias muy separadas, donde no
se hacen nunca informes sobre el color de sus miembros. Sin embargo, una
estimación conservadora da 225.000 como el número aproximado en la parte
continental de los Estados Unidos. Hay unos noventa y cinco sacerdotes que
trabajan exclusivamente entre la gente de color. De estos los Padres de la
Sociedad de San José, unos cincuenta en número, trabajan en doce diócesis
sureñas y tienen su casa madre en
Baltimore. El resto son veintiocho sacerdotes diocesanos en varias diócesis y
sacerdotes de la Sociedad de Misiones Africanas en la diócesis de Savannah; de
la Sociedad de la Palabra Divina, en las diócesis de Natchez y Little Rock; de
la Congregación del Espíritu Santo en Pennsylvania y Virginia. Hay cinco
sacerdotes en el país que son de color. Algunas congregaciones femeninas
blancas están ayudando al buen trabajo por la raza, enseñando a 11.000 niños en
las escuelas parroquiales y misioneras. Aparte de estas, hay dos comunidades de
monjas de color. Una de ellas son las Hermanas Oblatas de la Providencia. Las
Hermanas de la Sagrada Familia, otra orden de mujeres de color, tiene ahora 116
hermanas, que están a cargo de diecisiete escuelas y asilos situados en la
Archidiócesis de Nueva Orleáns y en las diócesis de Galveston y Little Rock.
También dirigen una escuela del gobierno con 295 alumnos en Honduras Británica.
Una comisión establecida por el Tercer Concilio Plenario de Baltimore para las
misiones católicas entre la gente de color e indios, compuesta por tres arzobispos,
distribuye los fondos recogidos anualmente con este propósito por todos los
Estados Unidos, y una específica “Junta católica para el trabajo misionero
entre la gente de color” integrada en la jerarquía en 1907, alienta el espíritu
misionero entre los católicos a favor de la gente de color y trabaja también en
proporcionar fondos para este objeto. ( Ver SACERDOTES, CONFRATERNIDADES DE :
VI. Los Estados Unidos)
Nota del traductor: Las dos primeras líneas del
artículo son propias pues una traducción literal era imposible. He añadido
también la corrección de lo que imagino una errata: no debe ser Bluemback, sino
Blumenbach, Johann Friedrich, el que hizo una división del mundo en cinco
partes. También en este apartado, he traducido “alforian” por “alfures”, por
ser este nombre, hoy en desuso, de los indígenas de las islas Célebres y otras
vecinas el único que me parece apropiado. Me he permitido agregar el apelativo
de “Indias” a la Cartagena de Colombia, por sernos este nombre más familiar
así. Y he añadido el equivalente en Hectáreas de los “acres”de tierra poseídos
por granjeros negros. Un problema a resolver sería el doble significado de
negro en inglés (“negro” y “black”). Habitualmente he traducido “black” por
“color negro”; de igual forma he traducido “coloured” por “de color”. Otro
problema más complicado ha sido la traducción de las distintas categorías
educativas. He traducido generalmente “boarding school” por internado, sobre
todo porque “escuela con pensión”, que se ajusta más al sentido literal, es una
expresión que suena extraña. No he encontrado expresión mejor para “day
schools” que “escuelas externas”. Del mismo modo he traducido sistemáticamente
por “escuela profesional” la “industrial school” y he traducido “college” por
“Universidad”. Finalmente, he preferido la expresión “esclavos emancipados”
como traducción de “freedmen” en vez de la más exacta “libertos”, por tener
ésta una resonancia que me ha parecido inadecuada; me he permitido también
traducir “West Indies” por Caribe, que es expresión geográfica más familiar en
español.
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