viernes, 31 de enero de 2014

La opción de las Bibliotecas por la información, ¿un error histórico?


Cuando aprendemos nuestro oficio de bibliotecarios, la teoría que se nos enseña tiene como eje organizador el concepto de información. Si bien se mantienen teorías relacionadas con el concepto de documento, este mismo concepto se suele construir en referencia al concepto de información. Pues bien, ¿qué es la información? El Profesor Zins se ha tomado el trabajo de documentar lo que los especialistas de los campos de bibliotecología y ciencias de la información consideran como información (además de documentar los conceptos de datos y conocimiento). Si observamos lo que dicen los eruditos en la materia (aquí, aquí y aquí) podemos observar que la noción de información no es ni sencilla ni hay un acuerdo general de qué es lo que significa. No creo que pueda dar un resumen de la discusión (ni pretendo hacerlo), por lo que propongo que lean atentamente lo que dicen los cráneos en el tema. Personalmente me atengo a lo que dice Capurro[1]:


Datos, información, conocimiento. Colocar los tres conceptos ("datos", "información", y "conocimiento") tal como se hizo aquí, da la impresión de una jerarquía lógica: la información se compone de datos y el conocimiento se obtiene de unir información. Eso es un cuento de hadas.

... y a lo que plantea el mismo autor aquí en cuanto a que la distinción más importante en el concepto de información es si lo consideramos una "cosa", un objeto (y por lo tanto puede ser transmitido, almacenado, recuperado, etc.) o, si lo consideramos un concepto subjetivo, un signo y, por lo tanto dependiente de la interpretación de un agente cognitivo. Que el mismo término sea usado en muchas otras disciplinas más (informática, biología, física, ingeniería, comunicación social, etc.) no ayuda demasiado a la causa.



Más allá de las dificultades epistemológicas que presenta el concepto de información, un breve vistazo a la historia del término muestra que se desarrolla a partir de la aplicación de una teoría ingenieril (Shannon, C. A mathematical theory of communication) a la comunicación social y su uso en el desarrollo de la recuperación de información (Information Retrieval) en la década del 50. El auge del concepto y sus investigaciones durante la guerra fría no son casuales, sino que se relacionan con necesidades concretas de promover la tecnología (bélica) y por ende la ciencia -básica y aplicada- y el uso de las publicaciones científicas y tecnológicas.


La necesidad de la bibliotecología de constituir bases teóricas, sostener y ampliar espacios académicos llevó a importar estas teorías al seno de las escuelas de bibliotecología y a través de esa vía permear todos los aspectos de la bibliotecología.


Ahora la pregunta que me hago, ¿es útil ese concepto para las bibliotecas? Si consideramos que la información es conocimiento comunicado (Capurro), sin lugar a dudas tiene que ver con lo que hacemos en las bibliotecas. Pero no hay que perder de vista que aunque "conocimiento" y sobre todo "comunicación" son conceptos que se construyen a partir de lo social, el concepto de "información" -sobre todo en nuestro medio- es asociado más bien a teorías cognitivistas que se centran en el individuo, su aprendizaje y aplicación del conocimiento. El aspecto "social" de la información es algo cuyo ingreso a nustra disciplina es relativamente reciente.

Un segundo argumento en contra de la información como concepto clave en bibliotecología se vincula con el uso utilitarista del término. Herencia de la guerra fría, si pensamos en información en bibliotecas se nos ocurren libros de texto, obras científicas, tecnológicas, de divulgación científica y toda su parafernalia. ¿O acaso Ud. cuando piensa en información se le ocurre un poema? El uso del término ha sido subrepticiamente ligado indisolublemente al conocimiento sancionado socialmente como "útil" y eso es en el mundo en el que nos desenvolvemos, los conocimientos que nos hacen "útiles" al mercado laboral y nos permiten hacer cosas "útiles". En consecuencia se ha tratado de encontrar la "utilidad" de las bibliotecas y mucha investigación "social" se ha encargado justamente de eso, de justificar social -y económicamente- a las bibliotecas, resaltando su función en la sociedad, el acceso al conocimiento que brindan, las posibilidades de formación para toda la vida (para reciclarse periódicamente en el mercado laboral cuando las crisis nos golpean individualmente), enfatizando también la importancia de la lectura para los niños y jóvenes (para que puedan leer los manuales, formarse como ocupar puestos y cargos), etc.

Pues bien, ¿qué tiene de malo definir a las bibliotecas en cuanto a la utilidad (social)? Lo que mueve a las personas no es solamente lo que es útil, sino que una importancia similar lo tiene la subjetividad, lo que se siente, los afectos, cómo nos proyectamos como individuos en la vida y en la esfera social, y cómo construimos relaciones entre nosotros, redes solidarias, redes comunitarias. Al enfocarnos sobre la información y de la utilidad de la biblioteca, abandonamos o relegamos al margen las discusiones sobre los aportes a la subjetividad de las personas, su experiencia, sus afectos, su capacidad de construir mundos ficticios, su interacción con otros,  y también todo lo que hace a la construcción de lo grupal, comunitario y colectivo que hace al sentir, pensar, y a la construcción de futuro de una comunidad.

Coincido con Hjerppe que las bibliotecas son instituciones de la memoria, y haría hincapié menos de lo institucional, burocrático, jerárquico, para darle más espacio al concepto de memoria (memoria histórica) que es lo que una comunidad construye como pasado para poder proyectarse al futuro. En ese sentido las bibliotecas son lo que una sociedad o una comunidad decide lo que debe ser el pasado que merece ser recordado y transmitido para el futuro. Hay que tener en cuenta que las comunidades marginadas socialmente no participan de la construcción de lo que se dice públicamente (por ende lo que se "publica") o lo hace únicamente a través de mediadores (antropólogos, historiadores, docentes, etc.) que hablan de ellos o transmiten sus mensajes. En las bibliotecas de esas comunidades la biblioteca presenta una doble función: proveer acceso al conocimiento de la humanidad al que todos debemos tener acceso y como transmisora de los discursos socialmente aprobados y sancionados a través de la instancia de la publicación.


Pero si lo único que hace la biblioteca es retransmitir mensajes externos, quizás de aquellos grupos que marginan y oprimen a la comunidad, ¿no pasa a ser más que nada un agente externo, alguien que se "inserta" en la comunidad para transmitir su mensaje? ¿No está participando de esta forma a la marginación de las comunidades a quienes dice servir? Las bibliotecas con posiciones críticas toman además otra posición en cuanto a que velan por la "voz"[2] de su propia comunidad, por las posibilidades que se exprese lo que piensan y sienten los miembros de la comunidad y que sus conocimientos y subjetividades no queden calladas o invisibilizadas.


Pero el concepto de memoria abarca solamente un aspecto de la Biblioteca en cuanto a construcción y diálogo con el pasado. Las bibliotecas tienen una presencia importantísima en el aquí y ahora, en el presente donde proveen materia prima para la imaginación, para el sentir y para la creatividad de las personas. En ese sentido no son solo instituciones de la memoria sino usinas del pensar y del sentir. Seguimos  quedándonos cortos al buscar un concepto que de cuenta de los múltiples mecanismos sociales que tienen lugar en la Biblioteca, tanto individuales como colectivos con los cuales las personas construyen día a día sus mundos.


1. El texto original en inglés:

Data, information, knowledge. Putting the three concepts ("data", "information", and "knowledge") as done here, gives the impression of a logical hierarchy: information is set together out of data and knowledge comes out from putting together information. This is a fairytale. (Fuente) Publicado en: Zins, C. Knowledge Map of Information Science [recurso en línea]. 2009).


2. Debo este importante aporte teórico a Susana Fiorito de la Biblioteca Popular Bella Vista.

http://www.procesos-tecnicos.com.ar/node/271

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